Olga Toro
-¿Qué carrera estudias? ¿En qué curso estás?
Educación primaria, la finalicé el año pasado,
-¿Por qué decidiste estudiar en la UB?
Porque era una universidad pública y era la que me quedaba más cerca. Además, hasta el momento, no había oído que hubiese problemas.
-¿Crees en la educación pública? ¿Qué beneficios tiene estudiar en una universidad pública?
Sí, creo en la educación pública, siempre y cuando se apueste y se invierta en ella. Pienso que en los centros públicos tienes que espabilarte y buscarte más la vida. Los centros privados o concertados, el trato siempre es más individual y disfrutas de privilegios como la confianza o de una enseñanza más individualizada. En cambio, en una universidad pública, todo el mundo es igual, somos “un número” y pocos profesores llegan a conocer tu nombre. Yo, que he estudiado educación, creo que es triste, pero es un reflejo de la vida actual. Cuando estás buscando un trabajo, por ejemplo, no van a mirar lo buena persona que eres o si llevas la ropa conjuntada, lo que pesa, al final, es tu currículo y tú formación. Y es un poco así como funciona una universidad pública, todos somos iguales y si quieres destacar y alcanzar tu meta, has de luchar e intentar ser el mejor. Claro que muchos optamos por una nota aceptable.
-En relación al tema que queremos tratar en nuestra noticia. ¿En los años que llevas estudiando en la UB te han concedido alguna beca? ¿Si es así, que cantidad te han concedido, ha sido la misma durante todos los años?
Durante los cuatro años que ha durado mi carrera, me han concedido becas. La cantidad varió en un único año. Todos los años recibía el pago íntegro de la matrícula y alrededor de unos 700 euros, menos un año que llegue a recibir 4000 euros y no me preguntes el por qué, porque no lo sé.
-¿De cuántos créditos te matriculaste el primer año? ¿Cuánto pagaste por el primer curso? ¿Y los siguientes?
El primer año me matriculé de 60 créditos y pagué unos 800 euros. A medida que han pasado los años, siempre me he matriculado de los mismos créditos, menos un año que me matriculé de una asignatura más. El valor ha ido aumentando con los años, hasta llegar al último que por 60 créditos pague casi 2000 euros.
-Como consecuencia del aumento de las tasas universitarias, ¿la UB te ha dado facilidades para poder matricularte o encontrar alguna solución para fragmentar los pagos?
No, no te dan ningún tipo de facilidad. Creo recordar que si te matriculabas sin pedir beca tenías la opción de pagarla en dos veces. Pero si pedias la beca y te la denegaban, te daban 4 días para hacer el pago íntegro de la matrícula.
-¿Crees que los rectores de la universidad han sabido transmitir a sus alumnos esta situación? ¿O han sido los propios alumnos los que se han tenido que “buscar la vida?
Para nada, ellos han estado muy perdidos durante estos últimos años de recortes, no sabían darnos explicaciones. En alguna ocasión no teníamos ni sillas para sentarnos, éramos más alumnos de lo normal porque en muchas asignaturas no había profesores y nos metían en una misma clase. Y ellos no daban ni la cara.
Los alumnos nos hemos tenido que buscar la vida, haciendo quejas, escribiendo al periódico para que todo el mundo supiera en qué condiciones estábamos. Los rectores daban largas a la situación, una situación que no se puede permitir sobre todo por lo que estás pagando de más.
-Muchos de los universitarios dicen que con el plan Bolonia es complicado combinar estudios y trabajo. Pero claro, existe una paradoja: Si el precio de las matrículas aumenta, ya no se conceden tantas becas y no hay tiempo para trabajar. La respuesta es sencilla pero dura… ¿Tu has podido trabajar mientras estudiabas? ¿Si es así, con lo que cobrabas podías pagar los créditos?
Bueno la verdad es que tengo la suerte de que me han concedido las becas todos los años y eso ha sido un lujo. Pero también he de decir que me hubiera sido imposible combinar un trabajo serio con los horarios de la universidad. Las prácticas de un semestre entero te impedían seguir con tu puesto de trabajo y muchos de mis compañeros tuvieron que dejarlo, nos hacían elegir. Pienso que en la época que estamos, dejar un trabajo, es un delito y más si estas estudiando.
Yo he trabajado dando clases de repaso durante un par de años y he ido tirando de eso. Está claro que eso no me hubiera dado para pagar, me lo hubieran tenido que pagar mis padres, y con mucho esfuerzo, porque sacar dos mil euros de un día para otro, es algo difícil cuando no dispones de ellos.
-Para que te concedan una beca hay que cumplir dos requisitos: El primero estar por debajo del umbral económico que exigen y el segundo aprobar el 100% de los créditos matriculados (hasta hace un año era el 80%). ¿Al final quién crees que podrá ir a la universidad?
Pienso que hemos llegado a un punto en que solo podrán estudiar aquellas personas que dispongan de dinero, personas con ahorros, personas que tengan un trabajo que les permita compaginar con estudios, personas que vengan de familias adineradas… Pero personas que pertenezcan a familias de economía media o baja, cada vez tendrán más dificultades. Es una pena que se prime tanto el dinero cuando estamos hablando de aprender o de construirte un futuro. Con estos requisitos, es difícil costearse una carrera, sobre todo por el segundo. Las personas que llegan a la universidad y están en una carrera es porque quieren estudiar y aprender, no es algo que hagan obligados como por ejemplo en la ESO. En mi opinión todos tenemos derecho aprender y a formarnos en lo que queramos y el hecho de suspender no es un placer, es un fallo. Las personas podemos equivocarnos, tener un mal día, no haber estudiado lo suficiente, un examen difícil… y no por ello somos unos fracasados. Porque con esta nueva norma lo que hacen es hacerle entender a los jóvenes que no sirven lo suficiente y de alguna manera, si ya nos cuesta asumir las matriculas de ahora, imagínate con alguna suspendida, es una forma de invitar a los jóvenes a que abandonen sus sueños.